
Cómo los Estados se apropiaron de los medios de producción
Por Gorka Fernández
@VascoLibertario
En muchos países, la fiscalidad impuesta a las empresas ha alcanzado niveles tan elevados que el Estado se convierte, de facto, en el principal beneficiario de sus esfuerzos. A través de impuestos como el de sociedades, el IVA y las tasas aplicadas a los dividendos, los gobiernos se apropian de una porción significativa de los beneficios generados por las empresas, sin aportar capital ni asumir riesgos. Este fenómeno, aunque no se denomina explícitamente expropiación, es una forma de apropiación de los medios de producción que socava la libertad económica y desincentiva la generación de riqueza.
El Caso de España y Colombia
En España, las empresas enfrentan una carga fiscal que incluye el Impuesto de Sociedades (25% sobre los beneficios netos), el Impuesto sobre los Dividendos (19%-28% adicional, dependiendo del tramo, sobre las ganancias distribuidas) y el IVA (21%). Aunque este último recae en el consumidor final, obliga a las empresas a integrarlo en sus precios, encareciendo los productos y servicios. Este esquema limita la reinversión y afecta especialmente a las pequeñas y medianas empresas, que son el motor principal de la economía.
En Colombia, las empresas también soportan una alta presión fiscal con el Impuesto de Renta (35%, una de las tasas más altas de la región), el Impuesto a los Dividendos (20%, aplicado tras el pago de renta, lo que reduce los ingresos netos de los accionistas) y el IVA (19%). Aunque este último es pagado por el consumidor, genera costos indirectos para las empresas al encarecer los bienes y servicios y afectar la competitividad en el mercado.
En ambos países y en muchos otros, las empresas enfrentan una carga fiscal tan elevada que el Estado se apropia, de facto, de más del 50% de las utilidades o beneficios empresariales, superando incluso lo que recibe el propio empresario. El Estado se convierte en el principal beneficiario de la actividad empresarial, sin aportar capital ni asumir riesgos. Este esquema representa una apropiación encubierta de los medios de producción, ya que el control sobre los rendimientos queda en manos del gobierno, limitando la capacidad de reinversión y desincentivando la generación de riqueza.
El Empresario Como Villano: Un Error Perjudicial
En muchas sociedades, el empresario es percibido como un explotador que acumula riqueza a expensas de los demás. Esta narrativa ha permitido justificar impuestos desproporcionados y políticas que penalizan la actividad empresarial. Sin embargo, esta percepción ignora el papel crucial que los empresarios juegan en la economía en tres áreas fundamentales:
- Generación de Empleo: Desde pequeños negocios familiares hasta grandes corporaciones, los empresarios sostienen millones de empleos.
- Impulso a la Innovación: Los empresarios invierten capital y tiempo en desarrollar productos y servicios que transforman y mejoran la calidad de vida de las personas.
- Dinamización Económica: Las empresas privadas son la base de la dinamización económica, promoviendo el crecimiento y el progreso social.
Cada vez que se les impone una carga fiscal excesiva, se limita su capacidad para cumplir estas funciones esenciales, lo que afecta no solo a los empresarios, sino a toda la sociedad.
¿Expropiación Encubierta?
Cuando el Estado se apropia de más del 50% de los beneficios generados por una empresa, ya sea de manera directa o indirecta, se convierte en un socio mayoritario encubierto que no asume ninguno de los riesgos inherentes a la actividad empresarial. A diferencia del empresario, el gobierno no invierte capital en el negocio, no se hace responsable de las pérdidas en tiempos de crisis y, sin embargo, se beneficia del éxito empresarial sin haber contribuido al esfuerzo necesario para lograrlo.
Esta dinámica no solo es injusta, sino que desincentiva la inversión y limita el crecimiento económico, al tiempo que concentra los beneficios en manos del Estado, alejándose de los principios de una economía libre y próspera.
Reflexión Final
En definitiva, los impuestos sobre las empresas, combinados con la carga del IVA y la tributación de los dividendos, representan una forma de expropiación encubierta de los medios de producción. Esta situación no solo afecta a los empresarios, sino a toda la sociedad, ya que limita la creación de empleo, reduce la innovación y frena el crecimiento económico.
Es crucial replantear las políticas fiscales actuales y reconocer el papel fundamental del empresario en el desarrollo de una economía próspera y sostenible. La generación de riqueza no debe ser penalizada, sino incentivada, para construir una sociedad más libre y próspera.
Gorka Fernández
@VascoLibertario
Equipo Editorial Libertarios.News
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